martes, 10 de junio de 2008

Giorgio Schultze y Jan Tamàs de EUROPE FOR PEACE



Declaración en AGORA del Parlamento Europeo
Sesión plenaria del 12 de Junio de 2008



La cuestión medioambiental y en particular el "cambio climático" representan para Europa un "imperativo" sin posibilidad de posponer su consideración. Los retrasos en la implantación de los acuerdos de Kyoto no se pueden aceptar. En Italia, por ejemplo, las emisiones que alteran el clima han aumentado más del 15 % y tendrán dificultades para reducir su diferencia en más del 21 % en comparación con 1990, antes del 2010, sin sufrir sanciones y contramedidas.

Los cambios medioambientales implican cambios profundos en lo concerniente a cómo usamos la energía: proponiendo usar energías renovables y aumentando la eficiencia energética, con la conciencia profunda de que la energía nuclear no resolverá el problema, ya que representa solamente un 10% de nuestras necesidades energéticas.


Los cambios medioambientales implican también cambios en las relaciones con el resto del mundo, comenzando con "relaciones de paz" (y no de agresión y de guerra) con las regiones vecinas del Norte de África y del Medio Oriente, a través de una cultura de respeto y solidaridad con los millones de personas afectados por la desertización, las inundaciones, la erosión del suelo, el hambre y la guerra.

¿Cómo vamos a reconciliar estos desafíos tan enormes con la locura de asignar cada vez más recursos europeos a una nueva carrera armamentística?
¿Cómo vamos a aceptar que, con el dinero de los ciudadanos europeos, se permita la instalación del escudo de defensa estadounidense en territorio europeo, con una base radar en la República Checa, una nueva base de interceptación de misiles en Polonia y la ampliación de las bases italianas?
Es inaceptable que se destinen 100 billones de dólares a rearme cuando solamente se destinan en todo el mundo 5,8 billones para luchar contra el hambre. Todo esto es claramente una discrepancia con el tratado de no proliferación de armas nucleares.


Vivo en Milán, Jan Tamàs vive en Praga y junto con centenares de personas en más de 20 países, estamos en huelga de hambre para detener esta carrera de armamento que no solamente está reavivando la guerra fría entre Estados Unidos, Europa, Rusia y China, sino que está impidiendo que recursos esenciales puedan utilizarse para dar respuesta material a las urgentes necesidades de la población mundial: alimentos, asistencia sanitaria, educación, calidad de vida, defensa del medio ambiente y de los recursos mundiales.

En pocas palabras: si Europa y el Parlamento Europeo, que es su expresión más directa, no respetan el Protocolo de Kyoto, no respetan el Tratado de no Proliferación de armas nucleares, no respetan la Declaración de Derechos Humanos, no son la referencia y el modelo al que muchas personas aspiran, se responsabilizan, ante el mundo y ante la historia, de no haber tomado la decisión urgente y necesaria para dar una dirección diferente al curso de la humanidad.

La petición internacional on-line en www.nonviolence.cz ha sobrepasado las 115.000 firmas.

Para adhesiones e información: msg.andalucia@gmail.com

Ha habido iniciativas de condena y protesta en Ámsterdam, Atenas, Barcelona, Berlín, Bolonia, Budapest, Ceské Budejovice, Copenhagen, Dusseldorf, Colonia, Florencia, Londres, Málaga, Madrid, Milán, Paris, Toulouse, Trieste, Turín, Viena y en USA, Australia, Chile y Argentina.

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